The New Raemon – El Yeti (EP) (2015)
Apenas unos meses después de la publicación del estupendo «Oh, Rompehielos» (2015), The New Raemon publicaba, con motivo del Record Store Day, un single de 7″ con dos canciones inéditas que se habían quedado fuera del disco. «Día de Difuntos» y «Contrapunto» formaban un tándem de menos de 6 minutos en el que la balanza se decantaba por la primera, poco más de dos minutos de quintaesencia raemoniana. Pero en la recámara de Raemon quedaban más temas grabados durante aquellas sesiones, y el pasado mes de septiembre dos de ellas vieron la luz en el EP «El Yeti» (BCore, 2015).
Encabezado por «El Yeti», uno de los mejores temas (si no el mejor) de su último disco, el EP se compone de seis canciones, dos temas propios y tres versiones. Tanto «Residencia de Ancianos» como «Efecto Invernadero» entrarían dentro de las composiciones más oscuras, tristes y melancólicas de The New Raemon. Si tuviese que destacar una de ellas, sin duda me decantaría por «Efecto Invernadero», una canción que bien podría haber entrado en «Tinieblas , por Fin» (2012). Pero donde está el verdadero meollo y la gracia de este EP es en las versiones. No hay duda de que Raemon tiene una especial habilidad para llevarse a su terreno composiciones ajenas, como la ya imprescindible en su repertorio «Te Debo un Baile», de Nueva Vulcano. «Maldiciones Comunes», del grandísimo Julio de la Rosa, pasa de la mala baba e ironía original a alcanzar unas cotas de emoción a las que sólo el señor Ramón Rodríguez puede llegar. Probablemente «L’Estrany» sea la que se mantiene más fiel al original, de uno de los grupos más importantes del pop en catalán, Mishima. El colofón lo pone una versión acústica de «Los Niños del Mañana» de Love of Lesbian que, en este caso, parece perder un poco la frescura original por el camino.
No os voy a mentir. No es ni de lejos el mejor EP de The New Raemon (creo que tampoco pretendía serlo), pero si consigue que a alguien que no haya escuchado aún «Oh, Rompehielos» se acerque al disco gracias a ese temazo que es «El Yeti» o que otro descubra esa joya que es «Pequeños Trastornos Sin Importancia» de Julio de la Rosa, el esfuerzo ya habrá merecido la pena, que no es poco.