conciertosfestivales

Festival do Norte 2015 (viernes): una despedida épica

Un año más, el Festival do Norte volvía a traernos buena música a la Illa de Arousa (este era el segundo año que se celebraba allí, ya que desde su comienzo siempre tuvo lugar en Vilagarcía de Arousa). Dos verdades como templos parecieron confirmarse el viernes: el FDN nunca se librará de la lluvia (el cambio de mayo a julio en Galicia no garantiza nada) y nunca tendremos esa carpa que esperamos cada año (y que en esta ocasión incluso habían prometido a través de las redes sociales). 
Estos detalles son los que hacen que, pese a un buen cartel entre el que se incluían el último concierto de Standstill en Galicia, Hercules & Love Affair, La Bien Querida, Javiera Mena o Glass Animals, entre otros, la afluencia de público no fuese tanta como prometía. Para que os hagáis una idea, unas 7000 personas asistieron en 2009, mientras que en esta edición lo hicieron cerca de unas 5000 (no sé si serían tantas, pero esos son los datos que aparecen en los medios).
Volvamos a la música. Este año ha supuesto el cambio del escenario Son Estrella Galicia a la Playa do Bao, oferta que se complementaba con los conciertos a partir de las 6 de la tarde en el Auditorio y las Sesiones en los Bares que tuvieron lugar a la hora del vermú.
Aunque los madrileños White Bats eran los encargados de abrir el festival en el Auditorio, apenas llegamos a los minutos finales de su concierto y decidimos esperar a la siguiente banda. Los valencianos Polock repetían tras tocar en el festival en 2012, con la tranquilidad de tocar a cubierto pero con el inconveniente de ser de los primeros en tocar un viernes a las 7 de la tarde. Pese a ello, bastante gente se acercó al Auditorio a verles.
Repasaron las canciones de sus dos álbumes, desde las ya habituales en su repertorio «Fireworks» o «Sometimes», hasta composiciones más recientes como «Everlasting». Fue un concierto entretenido, sonaron muy bien y lo cierto es que uno se pregunta como no sucede más a menudo esto de que toquen bandas de rock y pop en nuestros auditorios (cada ciudad española tiene uno, aunque luego no tenga lugar ningún evento dentro). Un buen arranque antes de desplazarnos al escenario grande al aire libre.
Como parece que no hay Festival do Norte en el que la lluvia no haga su aparición, lo hizo cuando estaba a punto de salir a tocar La Bien Querida. No había carpa, por supuesto, así que no teníamos otra que mojarnos (literalmente) para verles tocar.
Ana Fernández acudió al festival a presentar (en formato trío) el que probablemente sea su mejor trabajo hasta la fecha, «Premeditación, Nocturnidad y Alevosía» (2015), publicado en un principio como 3 EP’s entre 2014 y 2015, y reunido ahora como su cuarto LP. Temazos como «Muero de Amor», «Disimulando» o «Poderes Extraños» sonaban de vicio, así como adaptaciones más electrónicas con mayor («9.6») o menor acierto («De Momento Abril»). Un buen concierto que sigue confirmando que La Bien Querida hace discos estupendos y suena bien en directo, pero le falta esa chispa encima de un escenario.
Tampoco se puede decir que Los Punsetes sean la banda más divertida que haya pisado un escenario, pero han hecho de su escasa atención hacia el público y la hierática expresión facial de su cantante una de sus señas de identidad. Acompañados de unas proyecciones en las que se mezclaban dibujos manga con fragmentos de grabaciones encontradas (found footage), tuvieron la suerte de no tener que enfrentarse a la lluvia y gozar, de paso, de una mayor afluencia de público. «Arsenal de Excusas», «Me Gusta que Me Pegues» o, especialmente, ese que le den por… a «Tus Amigos», fueron de los temas más coreados entre la afición mientras caía la noche.
No conocíamos a los norteamericanos Broncho prácticamente de nada. Como mucho, habíamos escuchado su muy tarareable «Class Historian», que sirvió de banda sonora al spot del festival y fue la que de verdad hizo bailar al público aunque se hiciera de rogar (fue el cierre de su show). Por lo demás, Ryan Lindsey farfulla las letras más que cantarlas. Era prácticamente imposible distinguir una sola de sus letras. Hubiésemos entendido lo mismo si cantase en finlandés. Aparte de eso, un directo correcto que sirvió para calentar los ánimos antes de los grandes platos de la noche.
Los británicos Glass Animals vinieron e invocaron a la lluvia. Hubiésemos abandonado y corrido a resguardarnos si no fuese porque dieron un concierto brillante y memorable, de lo mejor que se recuerda en el festival. Un sólo álbum, «Zaba» (2014), ha bastado para que los festivales se los rifen y situarles de paso en la órbita de grupos como alt-J. Dave Bayley, su vocalista, nos ganó desde el primer momento con su manera de bailar sobre el escenario y sus constantes guiños al público, acercándose desde todos los puntos del escenario. 
Poco a poco fueron cayendo temazos como «Black Mambo», «Walla Walla» o «Flip», que convencieron a los más escépticos de que Glass Animals no eran un grupo más. El sonido era alucinante, el rollo que desprendían desde el escenario también, incluso la lluvia hizo más épico si cabe su concierto.
Si con un sólo disco ya cuentan con pelotazos como «Pools», «Hazey», «Wyrd» o «Gooey» y tienen un directo tan alucinante, el tiempo dirá lo lejos que pueden llegar. Sabiendo que ya nos tenían rendidos a sus pies, los Glass Animals nos regalaron una gran versión del «Love Lockdown» de Kanye West que acabó por redondear un concierto ya de por sí memorable. El suyo fue uno de los mejores conciertos del festival y se recordará por mucho tiempo.
Lo malo de esa lluvia incesante que acompañó a los británicos es que el techo del escenario acabó por filtrar parte de ella, además de que su orientación ayudó a que lloviera de pleno sobre él. La situación era tan rocambolesca que pensamos que Standstill no saldrían a tocar. Además de retirar todos los instrumentos hacia la parte de atrás del escenario y taparlos, hubo que sacar el agua que inundaba las tablas y ponía en peligro todo el equipo eléctrico. Aún así, y pese al peligro (real) que podían correr, Standstill salieron (un poco más tarde de lo previsto, eso sí), a dar su último concierto en tierras gallegas.
«Parece que la épica va a acompañarnos hasta el final…» señaló Enric Montefusco en alusión a la lluvia y a los problemas técnicos que les ocasionó. Pese al riesgo (que lo había) Standstill decidieron no defraudar a los fans gallegos que habíamos acudido a despedirles. Porque, no lo olvidemos, Standstill escogieron el Festival do Norte como su último concierto en Galicia, tras anunciar el pasado mes de mayo un «parón indefinido» en cuanto se celebre el último concierto de esta gira, el próximo 3 de octubre en Barcelona.
El retraso de casi media hora y los problemas técnicos obligaron a la banda a ajustar su repertorio a apenas una hora de concierto. Eso no impidió que las emociones de buena parte del público (muchos les vimos por primera vez en ese mismo festival en 2009) estuviesen a flor de piel mientras sonaban «Que No Acabe el Día», «Me Gusta Tanto» o «Nunca, Nunca, Nunca», de su último trabajo «Dentro de la Luz» (2013). Pero sin duda uno de los momentos más emocionantes fue cuando comenzó a sonar «¿Por Qué Me Llamas a Estas Horas?», uno de sus himnos de siempre.

Mientras el universo ronca… ¿No te importa oír mi voz…voz…voz? cantaba Montefusco junto al público. No fue el único guiño al pasado, por supuesto. No faltaron «Feliz en Tu Día», «La Mirada de los Mil Metros» (con todos los presentes coreando aquello de …eso estaría muy bien…) o la emocionante «1, 2, 3 Sol», que años atrás hizo que muchos de nosotros nos convirtiésemos en seguidores de la banda. Quizás el disco menos representado en este breve repaso a su trayectoria fuese el «Adelante, Bonaparte» del que, con todo, rescataron la canción que da título en sus dos versiones. La segunda, más oscura, tensa y frenética, sirvió de puente entre canciones de álbumes distintos, mientras que la primera, más luminosa y positiva, puso el broche de oro a su paso por el festival.

No fue el concierto que ellos esperaban dar, eso es evidente. Aún así, fue una emotiva despedida en la que más de uno contuvo como pudo la lagrimilla (yo mismo me incluyo). Sabemos que no es una separación, sino un parón indefinido, pero, aún así, les vamos a echar mucho de menos.

Estaba complicado poder mantener el nivel de los Standstill y, además, seguir enfrentándose a la lluvia, pero Javiera Mena lo consiguió con creces. Arrancó con «Los Olores de Tu Alma», tema que abre su último trabajo «Otra Era» (2014), mientras en el escenario hacían su aparición las cuatro chicas que formaban el cuerpo de baile de Javiera. Una estupenda puesta en escena que aunaba baile y teatralidad y que marcó todo su espectáculo. Posturas imposibles, bailes frenéticos y hasta duelos con espadas láser se sucedían mientras sonaban «Otra Era», «Joya», «Espada», «Que Me Tome la Noche», «Esa Fuerza» o «Sincronía, Pegaso», que montaron la mayor fiesta que se vivió en el festival.

Con todo, no hubo manera de librarse de la lluvia. Afortunadamente, en el escenario todo pudo transcurrir con relativa normalidad, y desde el público, al menos, estábamos viviendo una serie de conciertos excepcionales (Glass Animals – Standstill – Javiera Mena) que hacían mucho más llevadera la lluvia. Además de presentar su gran disco «Otra Era», la chilena nos tenía guardadas algunas sorpresas. La primera de ellas fue un dueto con el arousano Alex Casanova para cantar «La Carretera». Hubo algunos problemas con su micrófono y, aunque fuese una lástima, el dueto no pasó de la anécdota.

Las otras sorpresas vendrían con la versión de la mítica «Yo No Te Pido la Luna», en la que Javiera se unió a sus cuatro chicas para bailar junto a ellas, y con el bis final, una versión del placer culpable «Ritmo de la Noche», con coreografía incluida, que puso a todo el público a bailar (por si alguien no estaba bailando aún).

No es de extrañar que Javiera Mena se haya convertido en un icono de la música chilena, su directo es espectacular y con ella la diversión y el baile están garantizados. Quizás no fuese casualidad que al día siguiente Chile ganase la Copa América, estoy seguro de que Javiera hace magia…

Así terminaba, pasadas las 4 de la mañana, la primera jornada del Festival do Norte (para quien tuviese ganas de más quedaba por salir a escena DJ Maadraassoo) para muchos de nosotros. Y sí, no hay manera de librarse de la lluvia en el Festival do Norte, pero al menos vivimos una de las noches más memorables que recuerdo en todas las ediciones del festival.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos
Responsable Juan José Conde Fernández +info...
Finalidad Gestionar y moderar tus comentarios. +info...
Legitimación Consentimiento del interesado. +info...
Destinatarios No se cederán datos a terceros, salvo obligación legal +info...
Derechos Acceder, rectificar y cancelar los datos, así como otros derechos. +info...
Información adicional Puedes consultar la información adicional y detallada sobre protección de datos en nuestra página de política de privacidad.