Vetusta Morla – La Deriva (2014)
En «La Deriva», la banda apuesta por un sonido más inmediato, más rockero si se quiere ver así. Ya se apreciaba en «Golpe Maestro», el primer adelanto del disco, esa inmediatez y esas potentes guitarras, en un disco que es mucho menos pop que sus antecesores. Cierto que ha influido también en ello el tiempo de grabación (de sus álbumes es el que menos tiempo han tardado en grabar y componer), pero se mantiene el sonido característico del grupo y esas letras que huyen de ser traducidas literalmente.
Muchos medios han querido colgar al disco la etiqueta de social y político, pero lo cierto es que, en un caso similar al de «Tinieblas, Por Fin» (2012), de The New Raemon , lo que en realidad sucede es que el grupo ha querido captar el espíritu de su tiempo (zeitgeist, que diríamos). Pueden apreciarse alusiones a las injusticias sociales en «La Grieta» (...Mientras ese mundo/ pide a gritos un castigo/ un insulto, una grieta, un vendaval/ un shock profundo/ pide a gritos un final…), pero también hay espacio para la esperanza en «La Deriva», tema que abre el disco (…Habrá que inventarse una salida/ que el destino no nos tome las medidas/ hay esperanza en la deriva…). Pero sería un error quedarse en las letras, que siguen manteniendo ese toque poético y resistiéndose a una única interpretación.
En este álbum quizás no haya a primera vista (o primera escucha, mejor dicho) claros temas ganadores como aquellos gigantes «Los Días Raros» y «El Hombre del Saco» que, por otro lado, eran capaces de hacer sombra al resto de canciones de «Mapas» (2011), pero sí hay muchos temas que, con el tiempo y los conciertos, se convertirán en clásicos de su repertorio. «Tour de Francia», «Pirómanos» o «La Mosca en Tu Pared» son buenos ejemplos de la fuerza de la banda, mientras que temas como «Fuego» representan un lado más pop y melódico del grupo.
De momento, Vetusta Morla aguantan bien la presión y ya han pasado de ser comparados con algunas de sus influencias, como Radiohead, a convertirse en la influencia de nuevos grupos que se han convertido en copias muy poco originales (Izal o Miss Caffeina serían buenos ejemplos).
«La Deriva» no es la obra definitiva de Vetusta Morla, pero sí un buen disco. Como álbum, es decir, como colección de canciones, probablemente sea más completo que «Mapas», pero también precisa de varias escuchas para quedarse poco a poco en nuestras cabezas. Aún así, es pronto para juzgar un álbum que probablemente vaya a tener un largo recorrido, así que deberíais preguntarme que opino del mismo dentro de seis o siete meses.
Por ahora, sólo puedo decir que quiero seguir escuchando «La Deriva».