Arcade Fire – Reflektor (2013)
Si en 2010 podíamos afirmar que «Ready to Start» era, probablemente, el mejor comienzo de un disco de Arcade Fire y también la mejor manera de empezar uno de sus conciertos, ahora estamos en condiciones de afirmar que «Reflektor» podría ser su justa sucesora. La primera canción de «Reflektor» contiene la esencia de lo que supone el disco. Ese giro en el sonido, ese cambio de rumbo en el momento justo de su mayor éxito y popularidad, suena de la manera más natural y lógica posible. No es una casualidad que David Bowie cante en los coros del tema. Ha sido fan de la banda desde sus inicios y, curiosamente, según se cuenta en la red, Bowie apareció por el estudio cuando estaban haciendo las mezclas del tema (al día siguiente de que se publicase «The Next Day») y le gustó tanto lo que escuchó que quiso participar cantando.
Anton Corbijn fue el encargado de plasmar en un espectacular videoclip en blanco y negro el cambio de Arcade Fire en imágenes. El resultado era evidente. Una de las mejores canciones del año iba acompañada de uno de los mejores vídeos del año.
¿Y cómo mantienes el nivel después de un trallazo así? Pues los canadienses han optado por no preocuparse demasiado por el asunto y contraponen a «Reflektor» el tema «We Exist». Es bien distinto a su predecesor, sí, pero es una justa reafirmación de la banda contra aquellos que desean que fracase su nueva propuesta: …Down on their knees/ begging us please/ praying that we don’t exist… Las influencias jamaicanas son más que evidentes en «Flashbulb Eyes», aunque es en «Here Comes the Night Time» donde alcanzan su punto más álgido. Es esa clase de canción que nunca hubieses imaginado que acabarían cantando Arcade Fire. La canción más bailable del disco, sin duda, y con más de una referencia religiosa: If there’s no music in heaven/ then what it’s for? Porque ese es sin duda el gran tema de fondo del disco, qué hay después de la muerte, sirviéndose para ello en ocasiones del mito de Orfeo, que trató de revivir a su amada Eurídice a través de sus cánticos.
Is anything as strange as a normal person?/ Is anyone as cruel as a normal person? De este modo comienza «Normal Person», toda una crítica a lo que la sociedad entiende como gente «normal» (When they get excited they tried to hide it/ look at those normals go!). «You Already Know» suena simplemente correcta, y «Joan of Arc», en la que un enamorado Win Butler se declara devoto de Régine Chassagne, pone el contrapunto rockero.
Es aquí donde le daríamos la vuelta a la cinta de cassette para escuchar la cara B, ya que «Reflektor» nos es presentado como un disco doble. La segunda parte arranca con la oscura continuación de «Here Comes the Night Time» y presenta en «Awful Sound (Oh Eurydice)» otro de los momentos más inspirados del álbum. La canción que Orfeo canta a Eurídice ya ha sido comparada con temas de los Beatles como «Hey Jude» o «A Day in the Life». No cabe duda de que es uno de los grandes momentos del disco y probablemente se convertirá en uno de los clásicos de la banda. La respuesta de su amada Eurídice en «It’s Never Over (Oh Orpheus)» se convierte en el reverso tenebroso de su predecesora. Chassagne pide a su Orfeo particular que siga cantándole y que espere a su momento para reunirse con él: …and if I call for you/ oh Orpheus!/ just sing for me all night/ we’ll wait until it’s over…
En «Porno» nos encontramos uno de los temas más curiosos y enigmáticos del disco. Tanto musicalmente como en lo que se refiere a su letra, ya que aunque parece estar emparentado con aquellos adolescentes a los que se les llenaba la boca cantando «Rococo», no queda muy claro si su título está más relacionado con el sonido «sucio» de la canción o con algún mensaje en particular de su letra.