Music Way: Manic Street Preachers & The Courteeners, Recinto Ferial de Amio, Santiago de Compostela, 28-09-12
Con puntualidad británica, los Manic Street Preachers hicieron su aparición en escena a eso de las 23:25. Pese a haber sido una de las bandas clave en la música británica de los 90, con grandísimos discos como «Everything Must Go» (1996) o «This Is My Truth Tell Me Yours» (1998), por citar sólo algunos, es una lástima que sigan sin ser tan valorados (incluso en su propio país) como otros de sus contemporáneos (The Stone Roses, por poner un ejemplo).
20 años han pasado ya desde su debut, «Generation Terrorists» (1992), y el grupo ha publicado 10 álbumes durante estas dos décadas (una impresionante media de un disco cada dos años).
Desde el principio salieron dispuestos a ofrecer lo que el público quería oír: todos sus éxitos. Con el himno «Motorcycle Emptiness», extraído de su debut, la banda puso a los presentes a botar desde el primer momento. Una verdadera pena que se empeñasen en llenar el escenario de humo, impidiéndonos apreciar la puesta en escena del grupo y que apenas permitía ver el colorido vestuario del bajista Nicky Wire.
Donde no podemos poner pegas es en la música. Cayeron un éxito tras otro, con especial protagonismo de los discos mencionados anteriormente, y que fueron alternando con temas más recientes como sus duetos con la cantante de The Cardigans («Your Love Alone Is not Enough») o el vocalista de Echo & the Bunnymen («Some Kind of Nothingness»). Hubo espacio además para otro de sus mejores trabajos de la pasada década, «Know Your Enemy» (2001), con canciones como «Found That Soul» u «Ocean Spray». Pero es innegable que sus verdaderos himnos, como «Everything Must Go» o el clásico «A Design for Life» fueron los que despertaron las mayores ovaciones. De hecho, esta última fue uno de los momentos cumbre del concierto, con todo el mundo coreando sus letras y viviendo un momento mágico de los que convierten un concierto en memorable.
El saber hacer de un grupo que lleva ya dos décadas sobre los escenarios, con un James Dean Bradfield pletórico al frente, Nicky Wire al bajo y Sean Moore a la batería, además de otros dos músicos en escena (a saber, Sean Read a los teclados y Wayne Murray a la guitarra y los coros), quedó plasmado en los noventa minutos que duró el concierto.
Algunas de las mejores canciones de «This Is My Truth Tell Me Yours», como «The Everlasting», «Ready for Drowning» o las esperadas y coreadas «You Stole the Sun From My Heart» y «Tsunami», compartieron protagonismo con una versión de la mítica canción de la serie «M.A.S.H.», «Suicide Is Painless», y viejos éxitos como «Motown Junk», la rabiosa «The Masses Against the Classes» o la muy coreada y un pelín narcisista «You Love Us».
Sin embargo, a todos nos faltaba la que sería la guinda del pastel y que puso el broche de oro al concierto. Los primeros acordes de «If You Tolerate This Your Children Will Be Next» estremecieron a los presentes y protagonizaron el clímax de la noche con miles de personas coreando uoh-oh al ritmo del tema mientras la banda se despedía.
Un concierto fantástico que se vio empañado por el humo (no sé por qué se empeñan en gasearnos en algunos conciertos) y por la tontería de los globos de promoción que algunos vivían como una verdadera competición (lo que dificultaba todavía más ver al grupo entre la espesa niebla). Además, de pronto la ley antitabaco dejó de tener sentido y el ambiente se hizo irrespirable por momentos.
Del festival no tengo una visión suficientemente amplia como para criticarlo. Creo que el cartel podría haber sido mejor (Heredeiros da Crus y Os Resentidos junto a The Hives no tiene mucha coherencia), pero poner a The Courteeners junto a los Manic Street Preachers sí fue un acierto.
El recinto también me pareció adecuado, además de que abre una nueva opción para conciertos grandes (y a cubierto) en Santiago de Compostela.
No sé. Creo que lo mejor es valorar la parte positiva del festival (estoy seguro de que The Hives también molaron mucho) y con el tiempo ya irán mejorando los demás aspectos. El evento aún está casi naciendo y sólo por ver a los míticos Manic Street Preachers por primera vez en Galicia, ya ha valido la pena.
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