The Temper Trap – The Temper Trap (2012)
Se dieron a conocer gracias a «Sweet Disposition» , aquella canción que acompañaba a Tom Hansen en sus quebraderos de cabeza y problemas sentimentales con la bella Summer Finn en la maravillosa comedia «(500) Days of Summer». Ahora The Temper Trap regresan con nuevo disco para demostrar que hay vida más allá de aquel hit.
No nos han llegado muchas bandas desde nuestras antípodas para quedarse. Podríamos citar a AC/DC (los que lo han logrado con mayor éxito) o a Silverchair (que aquí nunca llegaron a recibir el reconocimiento que merecían), pero en general los medios musicales prefieren echar la vista a América o a Europa que molestarse en mirar más lejos. Quizás por ello también (y por el éxito que consiguieron con «Sweet Disposition» allí) The Temper Trap (ahora quinteto, tras la incorporación de Joseph Greer) han decidido trasladarse al Reino Unido.
Este segundo trabajo homónimo de los australianos viene a demostrar que, además de tener un directo espectacular (como pudimos comprobar hace un par de años en el MTV Day Galicia), son capaces de saltarse toda limitación estilística en favor de componer grandes canciones. Pueden pasar de un hit ochentero que recuerda al «Jump» de Van Halen («Need Your Love») sin sonar rancios en absoluto a dedicar una canción rabiosa (y con riffs guitarreros en plan The Clash) a los disturbios del pasado año en Londres («London’s Burning») y hacerlo sin despeinarse.
En las primeras escuchas y, sobre todo, para aquellos con prejuicios musicales, pudiera parecer que este trabajo carece de coherencia, pero nada más lejos de la realidad. La banda liderada por Dougy Mandagi hace la música que le gustaría escuchar, sin importarles lo que la crítica piense (los medios británicos no han dado, en general, una acogida demasiado cálida al disco), dejando en manos del público el futuro de su carrera. Pitchfork ni siquiera se ha molestado en publicar una reseña del álbum (esto sucede en una web en la que, actualmente, se reseñan nada menos que 25 discos cada semana), y uno no puede evitar pensar que si The Temper Trap proviniesen del Reino Unido (aunque residan allí, no es lo mismo) o de Norteamérica, la atención mediática que reciben no sería bien distinta.
Temazos como «Trembling Hands» estoy seguro de que a Chris Martin no le hubiese importado escribirlos. «Miracle», para emocionarse en la pista de baile al final de la noche, podría haberla firmado el Jake Shears que hace unos años escribía «It Can’t Come Quickly Enough», mientras que «Rabbit Hole» va in crescendo hasta alcanzar la épica del rock de estadios. Todo lo contrario sucede con la emocionante «The Sea Is Calling», que mantiene el pulso sin dejarse llevar por estridencias.
Como ya comentaba anteriormente, la influencia de los ochenta es inconfundible en canciones como la que abre el disco, «Need Your Love», «Where Do We Go From Here» o «Dreams» (lo que debe molar corear este tema en directo). Resulta muy difícil resistirse a cantar «I’m Gonna Wait», que parece especialmente pensada para crear una química especial con el público en sus conciertos.
No hay porque tener miedo de decirlo. «The Temper Trap» es un discazo con mayúsculas y punto. Escuchad y juzgad vosotros mismos. No os arrepentireis.