Listas: Mis 10 discos favoritos de 2002
10. Sneaker Pimps – Bloodsport
«Bloodsport» fue el último disco que Chris Corner publicó junto a su anterior grupo, Sneaker Pimps. En él ya se intuían las maneras de lo que sería posteriormente IAMX, aunque más enfocado hacia el terreno del pop. Arranca con «Kiro TV», una canción sobre la autodestrucción de Kurt Cobain, que además incluye un sampleo de «Come As You Are», de Nirvana, y contiene algunas de las canciones más inspiradas del grupo como «Loretta Young Silks», «Small Town Witch» o la que da título al disco, «Bloodsport» (… my mother never told me/ that love is just a bloodsport…). Nunca gozaron de una gran popularidad, pero Corner sabía que sus canciones estaban destinadas a ser grandes.
Tomando su nombre de uno de los personajes de la novela «Rayuela», de Julio Cortázar, los sevillanos Maga debutaban en 2002 con este trabajo que suponía un soplo de aire fresco dentro de la música española. Sin título, también conocido como su álbum «blanco» (sus dos siguientes trabajos tampoco llevaron título), este disco nos dejaba un puñado de canciones maravillosas que son ya parte de la historia más reciente de la música de este país. La belleza atípica y mágica de canciones como «Piedraluna», «Dormido» o «Diecinueve» convivía con la inmediatez de un hit como «Agosto Esquimal». Uno de los mejores discos españoles de la pasada década.
Por si su música no resultase ya suficientemente enigmática de por sí (¿alguno de los presentes sabe islandés?), Sigur Ros van y se inventan un idioma nuevo, el «Hopelandic», en el que están cantadas todas las canciones del disco. Además, las canciones no llevan título (aunque luego los miembros del grupo se inventaron una porque si no no había quien se aclarase con el setlist) y el nombre del álbum no es muy expresivo que digamos. Sin embargo, la magia de los duendes islandeses vuelve a producirse y desde el primer momento, con esa primera canción también conocida como «Vaka» (nombre de la hija de uno de los miembros del grupo) nos ganan a todos. Probablemente sea uno de sus discos más inaccesibles del grupo y al que podemos buscar menos explicaciones. Aquí la belleza está en la grandeza de su música.
7. Johnny Cash – American IV: The Man Comes Around
Como un predicador apocalíptico, Johnny Cash comienza «The Man Comes Around» haciendo referencia a la vida y a la muerte con citas bíblicas en el último disco que publicó en vida. Cuando suena su versión del «Hurt» de Nine Inch Nails nos estremecemos al igual que lo hizo el propio Trent Reznor ante el homenaje que le rindió Cash. «The Man Comes Around» es, prácticamente, un disco de versiones (Cash sólo firma 3 de las 15 canciones que lo componen), pero es algo así como el testamento de una leyenda viva de la música. Un trabajo que suena a la despedida de un grande (como finalmente resultó ser, tras su muerte en 2003) que quiere contarnos su vida a través de las canciones que ha escuchado. Desde «In My Life», de The Beatles, hasta «Personal Jesus», de Depeche Mode, demostrando un gusto musical ecléctico basado en el único criterio de escoger grandes canciones.
6. Peter Gabriel – Up
En la última entrega de «Los 100 discos de la década», Jero me recomendaba un buen puñado de discos de cara a la elaboración de la lista del 2002. Entre ellos, unos cuantos ya presentes en mi cabeza, pero también otros de los que no tenía ni idea. A este último grupo pertenece «Up», de Peter Gabriel. Cuando escuché por primera vez el demoledor inicio, «Darkness» (algo en ella me recuerda a «Army of Me», de Björk), ya le estaba agradecido. Precisamente es esa sencillez con la que Gabriel es capaz de juntar lo más contudente y lo más intimista de su música la que hace grande este disco. Desde actualizar los sonidos que le dieron la fama y adaptarlos al siglo XXI («Growing Up», «The Barry Williams Show») a conjugar su faceta más íntima y emocional («I Grieve», «The Drop») pasando por una épica digna de la mejor banda sonora de Craig Armstrong («Signal to Noise»). Comenzó a grabarlo en 1995 y estuvo casi terminado para 1998, pero Gabriel decidió darle una vuelta de tuerca y volvió al estudio en el año 2000 para completar las canciones, lo que le llevó un par de años más. El esfuerzo mereció la pena.
5. Bruce Springsteen – The Rising
No cabe duda de que los atentados del 11-S marcaron a toda una generación, también en lo musical, pero probablemente el mayor homenaje musical que se le rindió a New York y a los EEUU fue el que corrió a cargo del Boss. «The Rising» fue, ante todo, un canto a la esperanza, al resurgimiento emocional de una Norteamérica que vivía todavía atemorizada y entristecida por lo ocurrido. El optimismo y la energía de «The Rising», «Lonesome Day» o «Waitin’ On a Sunny Day» no esconden la pena ni las emociones, que acaban estallando en el final de «My City of Ruins», con Springsteen llamando al levantamiento de todo el pueblo (y no lo digo en plan bélico aunque así fuese como finalmente sucedió). Otra de las recomendaciones de Jero, al que no puedo más que estarle agradecido.
4. Queens of the Stone Age – Songs for the Deaf
El grupo liderado por Josh Homme y Nick Oliveri (este fue su último disco como uno de los Queens, dadas sus múltiples salidas de tono, entre ellas salir a tocar en el Rock in Rio en pelota picada) reclutó en 2001 a otra voz memorable, la de Mark Lanegan (Screaming Trees), que formó parte del grupo hasta 2005. A ellos se les unió Dave Grohl (Foo Fighters, Nirvana) a la batería, formando el «dream team» del rock. Concebido como un álbum de carretera, en el que de cuando en cuando oímos al locutor de radio y las interferencias del dial, «Songs for the Deaf» nos dejó algunas de las mejores canciones de rock de los últimos tiempos, entre ellas «Go with the Flow», «No One Knows» o «First It Giveth». Fue su mayor éxito de crítica y público. Llegaron a vender más de un millón de discos y obtuvieron 2 nominaciones a los premios Grammy.
3. Damien Rice – O
Cuando se estrenó la película «Closer» (2004), a todos se nos quedó grabada la secuencia inicial con Jude Law y Natalie Portman caminando entre la multitud mientras sonaba una canción enorme, «The Blower’s Daughter». Formaba parte de «O», primer disco de este irlandés, y le dio un buen impulso a su carrera. Desde entonces sus canciones han sonado en innumerables bandas sonoras, y es que es casi imposible resistirse a canciones como «Volcano», «Canonball» (ambas con la colaboración de la preciosa voz de Lisa Hannigan) o «Cold Water», además de la anteriormente mencionada «The Blower’s Daughter». Si además uno es paciente y aguarda al final del disco podrá encontrarse con la canción oculta «Prague», otra joya del irlandés. Sólo ha sacado otro disco desde entonces, «9» (2006), pero la belleza de sus canciones sigue haciendo mella en todos los que seguimos escuchándolas.
2. Doves – The Last Broadcast
No han recibido todavía el reconocimiento que merecen fuera de su querida Inglaterra, en donde este segundo trabajo de la banda entró directamente al número 1. Sus canciones aparecen rodeadas de un halo de magia y algunas están entre las composiciones de pop épico más bellas de los últimos tiempos. Himnos como «Words» (…cause here comes/something wonderful/ so don’t let them/ throw it away…), «Pounding» (que se ha convertido casi en himno del Manchester City, donde la ponen antes de los partidos; y he de confesar que yo tampoco puedo vivir ya sin ella), «The Sulphur Man», «There Goes the Fear» o «Caught By the River» (pocas veces un disco acaba tan arriba que te dan ganas de volver a ponerlo de inmediato). Tienen la épica del rock de estadio, la clase del pop británico y conocen el camino que conduce a las verdaderas emociones.
1. Coldplay – A Rush of Blood to the Head
Cuando se habla del mejor disco de Coldplay, normalmente se cita «Parachutes» (2000), su debut. Sin embargo, «A Rush of Blood to the Head» quizás sea su trabajo más reposado y maduro, lleno de impresionantes canciones. Empezando por una demoledora y épica «Politik», siguiendo con «In My Place» (con claros ecos de «Yellow»), «God Put a Smile Upon Your Face», la emocionante balada «The Scientist» o la magia de «Clocks». Al otro lado, una segunda parte del disco más tranquila y menos orientada al rock de estadio, pero igualmente con grandes canciones como «Warning Sign» o «A Rush of Blood to the Head» (…I’m gonna buy a gun and start a war/ if you tell me something worth fighting for…). Fue el disco que les hizo llegar al lugar que ocupan ahora y, aunque nos cueste aceptarlo, sabemos que es poco probable que vuelvan a grabar un disco tan bueno.
Muchas gracias por las ¡dos! menciones 😀 y por haber tenido tan en cuenta mis recomendaciones. Esta vez estoy bastante de acuerdo con la lista, aunque, como siempre, hay algún disco en ella que no conocía (es el caso de "Bloodsport", que ni flowers). De Maga, Damien Rice y Doves sólo he escuchado cosas sueltas, así que intentaré ahondar en los álbumes que citas, y que asumo como idóneos para adentrarme en sus respectivas discografías. Los demás, todos, me parecen fantásticas elecciones, y sólo echo en falta (aunque supongo que los tendrías en cuenta para este top 10) el "Yankee Hotel Foxtrot" de Wilco y el "Yoshimi Battles Pink Robots" de The Flaming Lips (los cuales no mencioné en la anterior entrada de "Los 100 discos de la década" porque los he descubierto hace bien poco).
Creo que eres el mayor seguidor de estas listas a destiempo, jajaja. Los dos discos me sorprendieron bastante, sobre todo el de Gabriel, del que no era muy seguidor. De todos ellos creo que el de Doves será el que más te guste, yo tampoco lo conozco desde hace mucho tiempo, pero cada vez me va gustando más. El de The Flaming Lips lo escuché un poco por encima, pero para el de Wilco no tuve tiempo. Tenía que acabar ya la lista porque si no ya me daban las uvas.
¿Alguna recomendación de cara a 2001? Ya se barajan Muse, The Strokes, Radiohead, Tool…
Sí, sí, a mi las listas me pueden. Guilty pleasure a tope, jajaja.
¿2001? A ver que rebusco: más allá de los 4 que citas (a mí el de The Strokes no me chista mucho, pero sé que estará), "Actos inexplicables" de Nacho Vegas, "Gold" de Ryan Adams, "Hot Shots II" de The Beta Band, "Rock Action" de Mogwai, "Toxicity" de System of a Down y "White Blood Cells" de The White Stripes deberían tener opciones. El debut de Gorillaz también mola, "Próxima estación: Esperanza" de Manu Chao es una debilidad personal (aunque tengo muy claro que siempre ha vivido y vivirá a la sombra de "Clandestino") y, si admitimos bandas sonoras originales, la de "Hedwig and the angry inch" es un must.