Paredes de Coura (jueves)
Pese a ser jueves y aún faltando unas cuantas horas para los cabezas de cartel, la playa fluvial del Taboão ya se encontraba repleta de gente que disfrutaba con la música de Twin Shadow. Apenas pudimos ver ya unos minutos de su actuación, así que poco os podría contar de su directo.
Invocando ya al atardecer, salían a escena las Warpaint. Con su disco de debut, «The Fool» (2010), estas 4 chicas de Los Angeles ya han conquistado a la crítica y recibido elogios de gente como los Red Hot Chili Peppers (no en vano, uno de los fundadores del grupo, Josh Klinghoffer, es quien ha reemplazado a John Frusciante en los R.H.C.P.).
Lo cierto es que el tono oscuro de su música, que les ha valido comparaciones con grupos como Cocteau Twins, fue bien recibido entre el público. No es habitual ver formaciones de rock completamente femeninas (basta con echarle un vistazo al cartel de unos cuantos festivales para darse cuenta) y sonaron muy bien. Temas como «Undertow» o «Composure» bastan para darse cuenta de que pueden llegar muy lejos y van por buen camino.
No acabo de pillarles el rollo a los Blonde Redhead. Todo en ellos me resulta un poco extraño, desde la formación (los gemelos Amedeo y Simone Pace, que además comparten peluquero y estilista, y la asiática Kazu Makino, mitad niña de «The Ring», mitad Ryuichi Sakamoto) hasta muchas de sus canciones (a veces parecen salidas de grupos distintos). Con su directo me pasó un poco como con sus discos, tuvo sus momentos más o menos destacados, con algunas de sus canciones más conocidas, entre ellas «Dr. Strangeluv», «Missery Is a Butterfly», «The Dress» o «23». También he de confesar que me irrita un poco la voz de Amedeo Pace y que el hecho de compartir voces con Makino me parece que manifiesta más una carencia que una riqueza en el terreno vocal. Tampoco ayudaron los problemas de comunicación que parecía haber en la banda por momentos, con algunas largas paradas entre canción y canción. Si no nos movimos del sitio fue por que venían Pulp, que si no creo que hubiese habido más de una fuga de público.
Pasada la medianoche les llegaba el turno al grupo con más peso en la edición de este año del festival. El regreso de Pulp se había hecho esperar, pero por fin íbamos a poder ver a Jarvis Cocker y compañía hacer de las suyas en directo.
Las luces se apagaron y se encendieron unas letras de neón en el fondo del escenario con el nombre del grupo. Para ir calentando el ambiente, un láser verde iba proyectando mensajes sobre la tela que ocultaba el escenario. Además de increparnos para gritar y ovacionar a los Pulp, sus mensajes también anunciaban la que sería la primera canción de su concierto, «Do You Remember the First Time?». Un Jarvis Cocker pletórico y extraordinariamente divertido, que aprovechó más tarde para hacer una especial felicitación de cumpleaños al músico electrónico Aphex Twin, dejándose casi la voz tratando de sacar sonidos guturales, fue la auténtica estrella del show.
Los británicos hicieron un repaso casi de forma cronólogica de su carrera desde «His ‘n’ Hers» (1994) hasta «We Love Life» (2001). Así, pudimos escuchar «Razzmatazz», «Pink Glove», «Pencil Skirt» o » Mis-Shapes». Jarvis presentaba todas las canciones y se subía a los altavoces, bailando y recorriendo el escenario de un lado a otro. Uno de los momentazos del concierto fue «Disco 2000», una canción que, en palabras de Cocker, escribieron en su día mirando hacia al futuro y que ahora miraba hacia el pasado. Todo el mundo botó al ritmo de … let’s all meet up in the year 2000… Claro que tampoco podemos olvidarnos de otras canciones míticas del grupo que no faltaron en su repertorio como «Something Changed», «F.E.E.L.I.N.G.C.A.L.L.E.D.L.O.V.E.», «Bad Cover Version» o «This Is Hardcore», una de las pocas que cayó del álbum del mismo título.
Para acabar, quedaba lo mejor y lo más esperado. Como bien dijo Jarvis, «…todos sabéis lo que va a pasar ahora. ¿Qué canción vamos a tocar?» Todos los presentes gritamos al unísono «¡Common People!» Con su tema más mítico, todo un himno de los 90, Pulp nos pusieron a todos a botar, bailar y corear hasta quedarnos exhaustos.
Sólo era la puntilla para rematar un concierto brillante y excepcional que quedará en la memoria de todos los presentes y que ya forma parte de la exitosa historia del Paredes de Coura.