Lori Meyers – Cuando el Destino Nos Alcance (2010)
La primera vez que escuché «Cuando el Destino Nos Alcance», el cuarto álbum de los granadinos Lori Meyers, no me lo tomé muy bien. Menuda m…, pensé. Sin embargo, todos merecemos una segunda oportunidad, y por supuesto se la di. Está claro que no es «Hostal Pimodán» (volví a escucharlo el otro día y para mí sigue siendo sin lugar a dudas lo mejor que han hecho), y quizás tampoco tenga hits tan contundentes como «Luces de Neón» o «Alta Fidelidad», pero tiene algunas canciones que merecen la pena.
El disco se presentaba como el salto a la electrónica de la banda, y si bien es cierto que están más arropados por teclados y sintetizadores incluso, tampoco es que se hayan vuelto unos Dorian de la vida (gracias, Dios). Con un ritmo contagioso y unas letras pegadizas (Lo siento por interrumpir/ sólo he venido a preguntar/ me dicen que soy infeliz/ qué puedo hacer por mejorar…) arranca «Mi Realidad». El comienzo es todo un hit con el sello Lori Meyers y aquí es donde encaja bien la incorporación de los arreglos electrónicos. Lo mismo ocurre con «¿Aha Han Vuelto?» (sólo el título y los sintetizadores con que empieza el tema ya me parecen lo más), donde además demuestran saber reírse de sí mismos. Pero también hay lugar para apostar por marcarse un clásico al más puro estilo de Jeanette sin causar vergüenza ajena en «Castillos de Naipes» o inventarse una brillante rumba con argumento de ciencia-ficción en «Rumba en Atmósfera Cero» (no sé que hacer/ me quedo mirando al vacío mil horas después/ aún tengo un poco de oxígeno y algo de café…); sin olvidarse de «Condicional Hipotética», quizás una de las canciones que más recuerdan a sus anteriores trabajos y una de las más redondas.
Hasta aquí todo bien, y si este disco no fuera un LP sino un EP y contuviese estas 5 canciones anteriormente mencionadas, estaríamos hablando de un disco genial. ¿Cuál es el problema entonces? Pues que a menudo caen en letras bastante ridículas (… tienes que autoconvencerte de que tú eres el culpable/ haz visitas a videntes/ y ver un cura los martes…), incluso llegan a plagiar el inicio del «A Town Called Malice» de The Jam en «Corazón Elocuente», se creen que están rodando un western en Almería («Ventura») o abusan de los sintetizadores más que Jean-Michel Jarre («Religión»). Y por si esto fuese poco, caen de nuevo en el gran error de «Cronolánea», y a Alejandro vuelven a dejarle destrozar un par de temas (vale que «Enhorabuena Eres el que Tiene Más» ya es mala de por sí, pero este hombre desafina casi tanto como John Cobra).
El disco se presentaba como el salto a la electrónica de la banda, y si bien es cierto que están más arropados por teclados y sintetizadores incluso, tampoco es que se hayan vuelto unos Dorian de la vida (gracias, Dios). Con un ritmo contagioso y unas letras pegadizas (Lo siento por interrumpir/ sólo he venido a preguntar/ me dicen que soy infeliz/ qué puedo hacer por mejorar…) arranca «Mi Realidad». El comienzo es todo un hit con el sello Lori Meyers y aquí es donde encaja bien la incorporación de los arreglos electrónicos. Lo mismo ocurre con «¿Aha Han Vuelto?» (sólo el título y los sintetizadores con que empieza el tema ya me parecen lo más), donde además demuestran saber reírse de sí mismos. Pero también hay lugar para apostar por marcarse un clásico al más puro estilo de Jeanette sin causar vergüenza ajena en «Castillos de Naipes» o inventarse una brillante rumba con argumento de ciencia-ficción en «Rumba en Atmósfera Cero» (no sé que hacer/ me quedo mirando al vacío mil horas después/ aún tengo un poco de oxígeno y algo de café…); sin olvidarse de «Condicional Hipotética», quizás una de las canciones que más recuerdan a sus anteriores trabajos y una de las más redondas.
Hasta aquí todo bien, y si este disco no fuera un LP sino un EP y contuviese estas 5 canciones anteriormente mencionadas, estaríamos hablando de un disco genial. ¿Cuál es el problema entonces? Pues que a menudo caen en letras bastante ridículas (… tienes que autoconvencerte de que tú eres el culpable/ haz visitas a videntes/ y ver un cura los martes…), incluso llegan a plagiar el inicio del «A Town Called Malice» de The Jam en «Corazón Elocuente», se creen que están rodando un western en Almería («Ventura») o abusan de los sintetizadores más que Jean-Michel Jarre («Religión»). Y por si esto fuese poco, caen de nuevo en el gran error de «Cronolánea», y a Alejandro vuelven a dejarle destrozar un par de temas (vale que «Enhorabuena Eres el que Tiene Más» ya es mala de por sí, pero este hombre desafina casi tanto como John Cobra).
En fin, que el resultado no podía ser más desigual, pero aún así hay unas pocas buenas canciones que acabarán en la memoria de nuestro mp4 y ellas se merecen una oportunidad. Además, la portada que ha hecho Vanesa Zafra es preciosa…
Calificación: 5/10