Festival do Norte ’09 (viernes)
El viernes abrían Nouvelle Cuisine a eso de las 5 y media. Teniendo en cuenta que había que aguantar hasta las 3 de la mañana despierto y guardar fuerzas, aparecimos directamente en mitad del concierto de Manos de Topo, los siguientes en tocar. La carpa instalada por Caixanova se encontraba a rebosar. El grupo presentaba su segundo disco, «El primero era mejor», pero también hubo espacio para temas de su debut como «Es Feo» o «La Estatua de la Libertad».
Tras ellos, Lourdes Hernández o, lo que es lo mismo, Russian Red, apareció en el escenario junto a su banda. «They Don’t Believe», «Take Me Home» o el gran hit que la dió a conocer, «Cigarettes» hicieron las delicias de un público que abarrotaba la carpa. Quizás mereciese un lugar en el escenario grande, aunque puede que un espacio más recogido como éste hiciese más especial si cabe la relación con el público.
Así llegamos a Ragdog, que estrenaban el escenario grande. Está claro que el grupo vigués estaba fuera de lugar en medio del cartel de bandas indies, así que interpretaron su papel , que no era otro que tocar. Sus escasas fans botaron al ritmo de su éxito «Nada Más» mientras el resto del público aprovechaba para acercarse a las barras en busca de zumo de cebada. Les siguieron Templeton, grupo que casi todos desconocíamos y seguimos desconociendo. Podría no haber habido música y hubiese sido lo mismo. Se oía un murmullo de instrumentos y una voza de fondo que no se sabía si cantaba en español, inglés o eslovaco. Tampoco hubiese mejorado el asunto.
Cuando ya la noche nos cubría las cabezas, salieron a escena los Love of Lesbian. Eran el grupo más esperado del viernes por la mayoría, y no defraudaron. Hicieron un repaso por su repertorio habitual («Los Colores de una Sombra», «Houston, Tenemos un Poema», «Noches Reversibles», «Me Amo») junto con algunos de «1999» («Club de Fans de John Boy»). Nos hicieron botar, bailar y cantar, y acabaron dándose literalmente un baño de masas. Geniales como siempre.
A Herman Dune le tocó la china de salir después de los catalanes. No era el momento ni el lugar más apropiado, pero aún así ofreció una actuación correcta.
Para retomar el ambiente festivo, salieron a escena los portugueses X-Wife, que consiguieron que el público bailase ya fuese cerca del escenario o cerveza en mano en algún punto del recinto. Pero no sería hasta que saliesen los británicos The Whip cuando saltó la traca final. Con su electropop nos pusieron a todos a pegar saltos al ritmo de «Divebomb», «Muzzle #1», «Sister Siam» o «Trash». Lo dieron todo sobre el escenario y el público respondió ofreciendo toda la energía que le quedaba al final de la noche.
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