Alice Wonder, Ciclo Achégate ao Salón, Vilagarcía de Arousa, 12-03-23
Lleno absoluto. Literal. 252 butacas (ni unas sola vacía, lo prometo) para ver a Alice Wonder en el Salón García (Vilagarcía de Arousa) dentro del Ciclo Achégate ao Salón. Muchos se quedaron sin butaca para un concierto que colgó el cartel de entradas agotadas hacía semanas. Nadie se quería perder el más mínimo detalle, hasta el punto de hacer una ola acercando las butacas al balcón en el anfiteatro superior con el fin de poder ver mejor el concierto.
En el escenario, una guitarra eléctrica y un teclado. A algunos podrá parecerles poco, pero a Alice le sobra y le basta. El cálido aplauso de bienvenida daba ya una pista de lo que podría pasar. Alice se colgaba la guitarra para rompernos con “The World Is Changing (Me)” y nos quedábamos sobrecogidos con su forma de cantar y esa voz que sale más del corazón que de la garganta. Algunos efectos en la voz, un poco de reverb y de repente “I Don’t Know How” en ese formato, tan desnudo de artificios, tiene otro corazón, otro latido, y te atrapa.
La atmósfera es tan bonita y tan delicada que no me atrevo a interrumpirla haciendo sonar el obturador de mi cámara. Viendo algunos vídeos del concierto probablemente entenderéis el porqué.
Cuando llega “Corazón Mármol” ya nos tiene ganados. Con “No Te Vayas” nos parte en dos. En unos minutos ya ha conseguido emocionarnos y ponernos la piel de gallina. Por eso en la versión alternativa de “Sueño Raro” ya le hacemos coro de uoh-oh’s y palmas al unísono. Llega la prueba de fuego, “Por Si Apareces”, y Alice se acerca al público paso a paso con la guitarra mientras coreamos cada vez más alto aquello de “esta guerra pide paz”.
Es entonces cuando Alice decide probar nuevas canciones, inéditas, algunas todavía sin nombre. Y lo que en otro concierto nos haría pensar “bah, las nuevas”, y despertaría algún irrespetuoso grito pidiendo alguno de sus temas más populares, aquí nos hace sentirnos unos privilegiados. En un mundo donde cada vez le damos más importancia al lanzamiento de cada single, a los likes y a las reproducciones, Alice decide regalarnos los oídos y atreverse a probar sus nuevas composiciones con el público. Vaya si funciona. Es la primera vez que las escuchamos y, sin embargo, acabamos coreando parte de los versos y dando palmas. El nuevo material no defrauda, tiene ese corazón que ya palpitaba en los temas de “Que Se Joda Todo Lo Demás” (2021). “La Droga Más Suave del Mundo” promete convertirse en uno de los momentos estrella de sus conciertos.
Suena “La Locura”, siempre más intimista en el directo que la grabación original, y que se ha convertido en una de nuestras favoritas. Y llega el momento de hablar del Benidorm Fest e interpretar “Yo Quisiera” como Alice la había imaginado en su cabeza, despojada de innecesarios artificios. Suena espectacular, y nos acaba recordando a James Blake y a Bon Iver. Hubiese sido increíble llevar esto, así, a Eurovisión.
Va acercándose el final con “Que Se Joda Todo Lo Demás” y “¿Quién Soy?”, tan electrónica y tan difícil de llevar a este formato, pero que Alice Wonder hace vibrar tocando frenéticamente el teclado.
No parecía que fuese a haber más. Pero el público no se movía de las butacas. Tras unos minutos de espera, Alice volvía al escenario para darnos un golpe final al corazón con “Bajo la Piel”, aquella canción de su debut, “Firekid” (2018), que lo cambió todo. Alice canta y en este silencio… (haciendo una pausa en la que no se oye ni un solo murmullo en el Salón García) lo he entendido todo… El público se pone en pie y brinda una ovación cerrada, de ésas que ya apenas se ven a día de hoy. Se encienden las luces y Alice ve al fin las caras de la gente, completamente entregada y emocionada.
En el último año he podido ver 3 veces en directo a Alice Wonder (las 2 anteriores han sido en A Pousada da Galiza Imaxinaria, en Boiro, y en la última edición de PortAmérica), y siempre ha sido distinto, en el mejor de los sentidos. Cada concierto es diferente, y esa emoción y entrega total que tiene Alice la lleva a abordar las canciones de una forma distinta, añadiendo matices, probando cosas, como si fuese la primera vez que la canta. Y tiene una conexión especial con el público gallego, no hay lugar a dudas. Cada vez que viene, la respuesta y entrega del público es total. No es de extrañar. Cada vez estoy más convencido de que lo de Alice es pura magia.