Bodas de Plata: Nirvana – MTV Unplugged in New York (1994)
Un 18 de noviembre de 1993, Nirvana grababan un concierto acústico que se convertiría en un clásico de los 90. Aunque fue grabado en 1993 y emitido por MTV apenas un mes después, el 16 de diciembre, el disco no fue publicado hasta casi un año después, el 1 de noviembre. La explicación es sencilla: no estaba pensado sacar un álbum con la grabación del directo, pero todo se precipitó tras la muerte de Kurt Cobain el 8 de abril de 1994. La compañía discográfica de la banda de Seattle quería publicar una recopilación en directo de Nirvana, pero Krist Novoselic y Dave Grohl tomaron la decisión de sacar un álbum sólo con el concierto acústico grabado para MTV.
Desde el primer momento y casi hasta el último, la grabación para MTV parecía abocada al fracaso. Nirvana querían ofrecer un Unplugged diferente, que omitía algunos grandes éxitos del grupo («Smells Like Teen Spirit», por ejemplo) e incluía seis versiones, de David Bowie a Meat Puppets, que fueron también artistas invitados al directo. Tras dos días de ensayos, Cobain se negó a tocar, pero acabó apareciendo en el último momento para la grabación. Ante la estupefacción del productor, Cobain pidió que decorasen el escenario con lirios y velas negras. «¿Quieres decir como en un funeral?», dijo el productor. «Exacto, como en un funeral», respondió Cobain.
A la banda se unió un cuarto miembro, Pat Smear, que había girado ya con el grupo y que con el tiempo se convertiría en uno de los Foo Fighters. También Lori Goldston tocó el violonchelo y Kris y Curt Kirkwood (Meat Puppets) versionaron junto a Nirvana tres de sus canciones.
Visto con la perspectiva que da el paso de los años, resulta obvio afirmar ahora que Cobain era consciente de que el MTV Unplugged podría ser el último documento grabado por Nirvana, y no porque presagiase su final (aún seguiría su gira para promocionar «In Utero», que incluyó conciertos en Madrid y Barcelona en febrero de 1994), sino porque el final de la banda parecía cercano.
«MTV Unplugged in New York» es, probablemente, uno de los mejores álbumes grabados en directo y, como no, uno de los símbolos de una década. El peculiar sonido de la guitarra de Cobain, que insistió en usar el amplificador y los pedales de su guitarra eléctrica, es evidente en el inicio de «The Man Who Sold the World», y aporta un toque personal al sonido del álbum. No es fácil quedarse con un sólo tema del disco, pero la interpretación desnuda de «Pennyroyal Tea» (la única canción en la que Cobain se queda solo con su guitarra) o la desgarrada versión de «Where Did You Sleep Last Night» serían buenas candidatas. Eso por no mencionar la maravillosa «Something in the Way», «All Apologies» o «Come As You Are».
Un álbum que marcó una época y que, veinticinco años después, sigue estremeciendo. Una obra imprescindible.