Festival do Norte (sábado): las otras vidas del cazador
Las mejor recibidas, probablemente por ser más conocidas, fueron las canciones de «Alegato Meridional». Temas como «Claro y Meridiano» o la versión del «Déjame Vivir con Alegría» de Vainica Doble, que aquí incluyó alusiones al ya ex-ministro de finanzas griego Varoufakis en el día previo al referéndum. Sencillo pero bonito, así fue el directo de este supergrupo de «allí abajo» que comenzó a animar la segunda jornada del festival.
Perro era para mí una de las bandas más desconocidas del cartel. No logré conectar demasiado con el rock de los murcianos, así que pasados los dos primeros temas, decidí que ése iba a ser el momento apropiado para comer algo y reponer fuerzas. Pese a que en el nuevo recinto ha mejorado la zona «gastronómica» en cuanto a que hay más bancos y espacio para sentarse y comer tranquilamente, la oferta dejaba mucho que desear. Las posibilidades, básicamente, eran tres: una hamburguesería «cool» y de moda, un puesto de bocadillos y una furgoneta-pizzería. Optar por la pizza era quizás la opción más económica, pero la peor si tenías prisa. Hubo gente que pidió la pizza el viernes y se la sirvieron el sábado. No, en serio, era algo surrealista. Podían pasar entre tres cuartos de hora y una hora mientras esperabas a que llegase la ansiada pizza. Dentro de lo malo, al menos llegamos a tiempo para ver a Other Lives.
La banda de Oklahoma parecía tener problemas técnicos antes de comenzar, y así lo admitió Jesse Tabish, su vocalista. Pese a ello y paradójicamente, Other Lives fue uno de los grupos que mejor sonaron de todo el festival. Presentaron algunos de los temas que forman su nuevo álbum, «Rituals» (2015), entre ellos los fantásticos «2 Pyramids» y «Reconfiguration», pero a veces se les seguía viendo contrariados por algún detalle técnico que como público no captábamos. Así, y cuando sólo llevaban 3 canciones, anunciaron que tocarían 10 minutos más (no sabemos si por cumplir horarios o por motivos técnicos) y pidieron disculpas. Acabaron metiéndose al público en el bolsillo con una estupenda versión del «Something in the Way» de Nirvana como despedida. Al día siguiente, el Festival do Norte compartía en Facebook un escueto comunicado en el que la banda pedía disculpas y prometía volver para dar un concierto como es debido.
Es extraño que pese a su cortísima duración (menos de 25 minutos, ojo), el de Other Lives me pareció uno de los mejores conciertos de la jornada. Una pena que fuese tan corto, esperemos que cumplan y repitan en el festival el año que viene.
No voy a andarme con paños calientes, Dorian nunca han sido santo de mi devoción. Sin embargo, son uno de los grupos más habituales en este festival (están en los carteles de casi todos los festivales de España este verano, de hecho) y, por su horario, al menos por los organizadores del festival sí eran considerados los cabeza de cartel de la jornada. «10 años y un día», así se llama la gira con la que Dorian celebran una década y en la que han decidido acompañarse de una sección de cuerda con violines y cello. Entre sus hits sonaron «Verte Amanecer», «Paraíso Artificial» o «A Cualquier Otra Parte», quizás el tema que les dio a conocer al gran público. Acabaron con «Todo Lo que Siento Por Ti», con parte del respetable saltando, pero dejando a todos los que no éramos fans un poco fríos. Supongo que algo tendrán si están en todos los festivales, pero yo sigo sin cogerles el punto.
De forma inesperada y sin previo aviso, Hercules & Love Affair convirtieron el festival en una improvisada fiesta del Orgullo Gay. Una celebración y una invitación al baile que no pudo tener una mejor acogida entre el público, que disfrutaba con los temas del grupo. Pero si hay que destacar un momento de la noche, ese sería el de la célebre «Blind», originalmente interpretada por Antony Hegarty (Antony and the Johnsons), que nos puso a bailar a todos los presentes sin excepciones.
Una formación que ha cambiado mucho desde sus comienzos, pero que sigue conservando su capacidad para hacer bailar y que fue de las pocas que salieron a hacer bises en el festival.
Remataba la jornada y, para muchos de nosotros, el festival. Una pena que Hidrogenesse no tocasen en el escenario grande en lugar de participar en las Sesiones en los Bares, pero qué se le va a hacer. Quince años van ya desde el primer Festival do Norte, y sigue habiendo un poco de todo. Hay que decir que, teniendo en cuenta el cartel, debería haber una mayor asistencia de público, especialmente el viernes, pero bueno. Standstill, Glass Animals, Javiera Mena, Cazador u Other Lives han hecho que el festival haya merecido la pena. ¿Que se puede mejorar? Pues sí, pero de momento nos conformamos con que vuelva cada año y venga algún grupo que merezca la pena.