Garbage – Not Your Kind of People (2012)
No debe ser fácil volver a la palestra después de 7 años de silencio. Al menos para todos aquellos grupos que no sólo quieren hacer caja (que para eso hacen reuniones la mayoría de ellos), sino también grabar nuevos discos y presentarlos al público. Más difícil todavía debe resultar el hecho de que los tiempos hayan cambiado y lo que en los noventa era la bomba ya no lo es tanto y que hay que partir de cero, como si el grupo fuese un debutante.
Pocas bandas de las que triunfaban en los noventa han vuelto con nuevos discos. Parece que ahora lo harán, en breve, No Doubt, pero hasta ahora muchas de ellas se han resistido a sacar nuevo material. La excepción que confirma la regla serían, por ejemplo, Skunk Anansie. Once años pasaron entre «Post Orgasmic Chill» (1999) y «Wonderlustre» (2010), y lo cierto es que la banda mantuvo el tipo y presentaron un disco que superó las expectativas depositadas en el regreso de la banda.
Garbage vuelven ahora siete años después de «Bleed Like Me» (2005), un disco que nos dejó bastante indiferentes, y de una gira que fue cancelada por problemas en la banda. Ahora regresan con nuevo disco, «Not Your Kind of People», y gira mundial. Lo hacen, además, desde su propio sello, con total independencia creativa.
No puedo mentiros, Garbage siempre ha sido uno de mis grupos favoritos. Ya fuese por lo novedoso de su sonido cuando surgieron a mediados de los 90, por su carismática líder, Shirley Manson, o porque parecían, simple y llanamente, el único grupo auténtico sin miedo a ensuciarse las manos.
Lo que podemos encontrar en «Not Your Kind of People» es, simplemente, el sonido Garbage de siempre. Aquel que definieron con su debut homónimo y con «Version 2.0» (1998) y que tenemos presente desde la apertura del disco, «Automatic Systematic Habit». La contundencia de ese primer tema es toda una declaración de intenciones (…díselo a tu madre, díselo a tu hermano, díselo a tus amigos, díselo a tu profesor, no seré tu pequeño y sucio secreto…). «Big Bright World» y el single que sirvió de anticipo del disco, «Blood for Poppies», no hacen sino confirmar que Garbage son una banda eminentemente rockera, pero también que probablemente sólo Shirley tiene la clave para hacer encajar sobre su voz todas las piezas que componen cada una de las canciones.
«Control» apenas levanta el pie del acelerador, pero es definitivamente la que da título al disco, «Not Your Kind of People» (…no somos tu tipo de gente… somos gente extraordinaria, lo somos…), la que confirma el buen estado de la banda al atreverse tan pronto con una balada saliendo victoriosos del paso. Con «Felt» bajan un poco el ritmo (es quizás el tema más flojo del disco), aunque poco importa porque es precisamente entonces cuando comienza el imparable ascenso de la segunda parte del disco.
«I Hate Love» es uno de los temas más grandes de este «Not Your Kind of People», con la voz de Shirley cantando sobre bases electrónicas y adictivas, y forma la antítesis perfecta con «Sugar» (…dame azúcar, dame algo dulce…), casi en clave chill-out. No dejan de ascender con «Battle in Me», otra de las canciones que ya conocíamos, un temazo en toda regla donde vuelven a sonar como una máquina perfectamente engrasada y prometiendo dar guerra.
Con «Man On a Wire» atacan de nuevo sonando más rockeros que nunca y rematan la faena con la preciosa «Beloved Freak» (…querido freak, no estás solo…), probablemente dedicada, más que nunca, a todos sus seguidores, con Manson recuperando al final el estribillo de una canción gospel tradicional (…this little light of mine, I’m gonna let it shine…).
Aquí acaba la edición estándar, pero si habéis escuchado la edición deluxe habréis oído otras 4 canciones. La verdad es que sería una pena perderse otro temazo como «The One», aunque «What Girls Are Made Of» o «Bright Tonight» estén muy por debajo del nivel del disco en general, y «Show Me» no me acabe de enganchar.
Podría haber sido un regreso mediocre, pero está claro que Shirley y sus chicos han querido volver por todo lo alto, y lo han conseguido. Aunque no sean «tu tipo de gente», merece la pena escucharles.