La Casa Azul – La Polinesia Meridional (2011). Igual de chicle, pero con más matices
El nuevo disco de LCA es un disco que continúa donde nos dejó «La Revolución Sexual» (2007). Con influencias del euro disco, como en «Sálvese Quien Pueda», y con un mayor sonido de guitarras, más parecido a los directos a los que nos tiene acostumbrado Guille Milkyway, «La Polinesia Meriodinal» se convierte en el disco más “adulto” de su carrera.
Si hay algo característico de LCA, es su gran uso del pop. Aquí las melodías son más pegajosas que nunca, con letras originales donde las haya, a las que sólo pueden hacer competencia las de Manos de Topo, Astrud o Hidrogenesse:
Los chicos hoy saltarán a la pista
y arrasarán, porque ya no tienen miedo a gritar
deja que me crezca una pasión a exagerar
vamos a celebrar que no nos queda nada
hoy programaremos la caída perfecta
hoy nos hundiremos, no prepares maletas
quien iba a esperar
que una vida tan tranquila
me fuera a estrangular
Las influencias de grupos como Ellos en «Sucumbir» o Delafé y Las Flores Azules en «Una Vida Normal» son más que evidentes, al igual que las influencias de artistas extranjeros como Helen Love en la canción «Europa Superstar», sin duda una las mejores canciones del disco y de su propia historia.
Con ritmos más lentos, canciones como la que da título al disco, me hacen comprender que me encuentro con el trabajo de uno de los mejores compositores de este país. Un trabajo donde también se ha preocupado de dejar algún pequeño guiño a sus comienzos, en letras como la de la canción «Terry, Peter y Yo», aunque el sonido se quede muy lejos de esos comienzos, porque si en algo es rico «La Polinesia Meridional» es en matices, no sé cuantos sonidos se pueden descubrir por canción si se afina el oído pero, sin duda, es un disco de detalles.
En definitiva, LCA lo ha vuelto a conseguir, está de vuelta y se ha superado a sí misma con un disco que seguramente a muchos les seguirá sonando estridente, pero no saben lo que se pierden.