Maga, Sala Karma, Pontevedra, 22-04-10

A golpe de jueves y coincidiendo con la festividad estudiantil de «Santa Kata» en Pontevedra, nos desplazamos hasta la Sala Karma para disfrutar del directo de Maga. El grupo sevillano viene de publicar su cuarto disco, «A la Hora del Sol», un álbum que supone una evolución para el sonido de la banda.
Salían al escenario Miguel Rivera y compañía y arrancaban con un clásico: Bríndame coral la oportunidad/ de pintar el mar de esmeralda y sal/ Y confía, deshojándote… Con este «Medusa», procedente de su primer EP «Bidimensional», el grupo dejaba claro que habría sitio para el recuerdo durante el concierto. La personalísima voz de Rivera se abría paso e iba encadenando temas del nuevo disco. «Martes» o «Sal y Otras Historias», entre otras, presentaban un sonido más maduro de Maga, más pop, más clásico quizás. «Último Mar» y «Sí, Pero No Lo Soy» servían de puente para que la banda presentase «Silencio».
«Silencio» habla de un Domingo de Ramos cualquiera en Sevilla, donde sólo se ven procesiones y actos religiosos. Hoy yo no quiero vivir/ en la ciudad más triste/ que llora por afición… es sólo parte de una de las mejores canciones de este último disco. «Helás (Mañana)», de su primer disco, sonaba electrizante y demostraba que para nada desentonan sus nuevas composiciones con sus viejos clásicos. Sonaría después «La Balsa», otro de sus nuevos temazos. Algo no va bien/ cuando sé que soy feliz/ y tengo que pensar si lo eres tú… La inimitable voz de Miguel Rivera y esas canciones que pasan a formar parte de nuestra vida desde el primer momento en que las escuchamos son quizás las bazas más claras del grupo, que poco a poco iba acabando un concierto incluso mejor de lo esperado. «Hoy» y «Harás y Romperás» fueron dos de las canciones más coreadas de su nuevo disco, y no es para menos. Resulta casi imposible resistirse a cantar esos estribillos con vocación de himno: Sé lo que voy a pensar/ cuando lea esto mañana/ por algo lo escribí/ no me arrepiento de nada… Tocaba ya el final del concierto antes del bis, y el punto y aparte lo ponía de nuevo una de sus canciones más queridas. Con viento del este/ hiciste una cama/ soplaste sobre ella para templarla/ y con el murmullo de tu voz de agua/ me cantabas nanas sin letra… la letra de «Diecinueve» se convertía en la más coreada del concierto, una de las más maravillosas canciones del pop español. Así, entre aplausos, Maga dejaba el escenario.
Sin hacerse apenas de rogar, el grupo salía de nuevo al escenario para empezar el bis con la canción que da título a este cuarto trabajo, «A la Hora del Sol». La impresionante «Des-pi-de», una de las canciones de sus inicios, era de nuevo muy bien acogida por el público, que coreaba No puedo dormir lo sabes/ necesito ver colores… Que el bis no podía durar mucho más era sabido, y estaba bastante claro cual podría ser el broche de oro. El público llevaba pidiéndola bastante rato, y la espléndida «Agosto Esquimal» cerraba un concierto en el que todos acabábamos cantando y agitando nuestras cabezas.
Después del concierto, firma de discos y merchandising que mostraba la cercanía del grupo con su público (el vinilo del último disco es una obra de arte, os lo recomiendo), aunque la dedicatoria del disco me la guardo para mí. Sólo decir que Miguel Rivera casi me hace la ola por adquirir el vinilo y no el cd (soy un romántico, que le vamos a hacer).
Otro gran concierto para el recuerdo que deja patente a Maga como una de las bandas españolas más carismáticas y con uno de los mejores directos del país.