Vodafone Paredes de Coura 2023 (16 agosto): Wild Frank

Un año más, volvemos a nuestra cita habitual con el mejor ambiente y la mejor música en la Praia Fluvial do Taboão, en el norte de Portugal. Una nueva edición que promete ser muy especial, ya que el Vodafone Paredes de Coura celebra su 30 aniversario, desde aquella primera edición de 1993. 30 años en los que por este escenario han pasado Patti Smith, LCD Soundsystem, PJ Harvey, Pulp, Arcade Fire, Nine Inch Nails, The National, New Order, Morrissey… casi nada. El cartel de este año tenía una clara protagonista, la neozelandesa Lorde, pero también otros grandes nombres como The Walkmen, Jessie Ware, Wilco, Frank Carter & The Rattlesnakes o Explosions in the Sky, entre otros.

Los festejos ya habían comenzado días antes en una villa, Paredes de Coura, que además de acoger el festival se vuelca con todos los asistentes. Desde días antes, exposiciones sobre los 30 años del festival a pie de calle y los conciertos de Sobe à Vila (4 días de conciertos gratuitos en el centro para dar la bienvenida a los campistas) daban el pistoletazo de salida al aniversario e iban preparando el ambiente para lo que estaba por llegar.

Desde nuestra llegada pudimos comprobar como el Couraíso (el idílico entorno en el que se celebra le ha valido ese nombre) sigue palpitando, como demostraron los campistas que ya disfrutaban de la Praia Fluvial do Taboão para refrescarse ante el intenso calor. A la entrada, total normalidad, sin grandes colas. Por delante una jornada que empezaba pronto (la apertura de puertas fue a las 16:30) pero que duraría hasta altas horas de la madrugada.

Llegamos a tiempo de ver a los portugueses Evols abriendo el festival en el Palco Yorn. Rock y psicodelia se daban la mano en una propuesta con momentos brillantes como «Shadows of Death».  El público todavía no era muy numeroso, pero la banda lusa dio un digno concierto de bienvenida.

Les tomaron el relevo, en ese mismo escenario, los italianos Calibro 35. Música instrumental con claras influencias de las bandas sonoras del cine exploitation de los 70. Un concierto que hubiese hecho las delicias de Quentin Tarantino y que en directo sonó como un engranaje sin fisuras. Canciones como «Notte in Bovisa» dan buena muestra del saber hacer de estos virtuosos músicos italianos.

Dry Cleaning tuvieron el honor (y la responsabilidad) de abrir el escenario grande, el Palco Vodafone. Ecos de Wire o Joy Division para un concierto marcado por la gestualidad facial de su vocalista, Florence Shaw, y una realización de pantallas en blanco y negro que encajaba como anillo al dedo con el sonido de la banda. Títulos tan elocuentes como «No Decent Shoes for Rain», «Viking Hair» o «Gary Ashby» (dedicada a una tortuga mascota fallecida a causa del caos, según el propio grupo) sonaron en un bolo que fue crudo y directo. Sin duda, uno de los conciertos destacados de la jornada.

Teníamos grandes expectativas respecto a Snail Mail. La norteamericana llegaba al Palco Yorn con su aclamado segundo disco bajo el brazo, «Valentine». Algunos problemas técnicos empañaron el comienzo de su directo, una circunstancia que afectó más a la propia inseguridad de la artista sobre las tablas que al público, dispuesto y receptivo ante sus canciones. «Glory», «Pristine» o el esperado final con «Valentine» fueron algunos de los momentos destacados de un buen concierto que, sin ser malo en absoluto, no logró estar a la altura de lo que esperábamos. 

A la carrera nos fuimos a ver a Yo La Tengo en el Palco Vodafone, que ya empezaban  su show. El trío de New Jersey mostró su savoir faire con James McNew y Georgia Hubley intercambiando sus papeles e instrumentos, ya fuese a la batería o a las voces. Su directo estuvo más orientado a la distorsión característica del shoegaze que a la faceta más accesible de la banda. De su lado más pop apenas cayeron «Autumn Sweater» o «Aselestine». Ira Kaplan se despachó a gusto y se recreó en la distorsión de su guitarra, especialmente en el final con «Pass the Hatchet, I Think I’m Goodkind». Un directo que seguro hizo las delicias de sus fans, pero que dejó un poco indiferente al resto del público.

Llegó el turno del receso para la cena y comprobamos que el Vodafone Paredes de Coura, afortunadamente, se resiste a cambiar. Probablemente sea uno de los pocos festivales que no han implantado el sistema Cashless, y en el que todavía se puede pagar tanto con tarjeta como en efectivo. Los precios se mantienen razonables (también es cierto que los sueldos en Portugal siguen siendo más modestos que aquí) y, pese a los miles de asistentes, las colas son prácticamente inexistentes. 

Volvimos a bajar al anfiteatro natural de Paredes de Coura para ver a uno de los cabezas de cartel. Frank Carter & The Rattlesnakes se subían al Palco Vodafone precedidos por la fama de su espectacular directo, y lo cierto es que no defraudaron. Apenas salieron a escena, Frank Carter se bajó del escenario para encararse al público. Abrieron con «The Drugs» y Carter se lanzó a los asistentes de las primeras filas, logrando incluso hacer el pino sobre ellos. Un arranque espectacular en el que la banda y su líder tuvieron diversos gestos hacia el público, como lanzar el setlist a una niña que veía el concierto a hombros de su padre u organizar un pogo sólo para mujeres. 

«Kitty Sucker», «Lullaby», «Devil Inside Me», «Love Games» o «I Hate You» sonaron en un show memorable, en el que demostraron porque son considerados como una de las mejores bandas de rock actuales y con un mejor directo. Un grupo de rock en plena forma, con un sonido intachable, complicidad con el público y un líder carismático con un vozarrón que puede ser suave como el terciopelo o afilado como una cuchilla. 

El de Frank Carter & The Rattlesnakes no sólo fue el conciertazo del día, sino uno de los grandes momentos de esta edición y parte de la historia del festival por derecho propio. Se ganaron un buen número de fans, entre ellos quien firma esta crónica.

Nos acercamos brevemente al Palco Yorn para ver cómo sonaban en directo Squid. La enésima vuelta de tuerca al math rock, incorporando el jazz más experimental, sorprendió a más de uno y cumplió con sus seguidores. Parajes que podrían firmar Thom Yorke y compañía, como «Swing (in a Dream)», más ruidosos («Green Light») o incluso cercanos a los Foals («Narrator»). Una banda venerada por la crítica que en directo suena de miedo y a la que perjudicó en cierto modo el horario entre dos de los cabezas de cartel del día. Les seguiremos la pista y estamos casi seguros de que volveremos a verles por este festival.

Volvimos al Palco Vodafone, en el que una de las cabezas de cartel, Jessie Ware, estaba a punto de hacer su aparición. Con puntualidad británica, la nueva diva disco salía a escena arropada por bailarines y coristas. Un espectáculo para disfrutar bailando y cantando en el que no faltaron guiños a Portugal (la artista pasó sus vacaciones disfrutando del país vecino) y al público, al que bajó a saludar y cantar entre las primeras filas.

«Spotlight», «Hot N Heavy», «Remember Who You Are» o las más populares «What’s Your Pleasure?» y «Free Yourself» , que cerró el show, protagonizaron un setlist en el que incluso cayó una versión de la célebre «Believe» de Cher. Una fiesta bailable y disfrutona que convirtió el anfiteatro de Paredes de Coura en una gran sala de música disco en plena naturaleza.

El único pero que podemos achacarle al concierto fue su corta duración, apenas 55 minutos para una artista que es cabeza de cartel. Aparte de eso, personalmente eché de menos algún tema de sus primeros discos (en esta gira ya no hay ni rastro de sus magníficos álbumes «Devotion», «Tough Love» o «Glasshouse»), aunque sea comprensible que en esta reinvención disco de la artista algunos de estos temas ya no tengan cabida.

Con ella, y ante la perspectiva de 45 minutos de espera sin música (en el Palco Yorn no había más conciertos antes de Bicep en el Palco Vodafone), decidimos afrontar la retirada en una jornada a la que todavía le quedaban, además del dúo británico de música electrónica, Special Interest y el dj Nuno Lopes, que cerraría la primera jornada del Vodafone Paredes de Coura llegando casi al amanecer.