Vodafone Paredes de Coura 2023 (18 agosto): Un día atípico
Lo cierto es que la jornada del viernes ya no arrancaba con buen pie. Además de ser probablemente la más floja de esta edición en cuanto a cartel (al menos para mí), una de las bandas más prometedoras del día, The Last Dinner Party, cancelaba el día anterior su participación debido a motivos de salud. Las sustituyeron Máquina, una banda lusa que ya había tocado unos días antes en el Sobe à Vila. No había un cabeza de cartel tan claro como otros días, aunque la pelea estaría entre Yung Lean, Black Midi y Little Simz.
Kokoroko abrían el Palco Vodafone con su sonido Afrobeat. Jazz, funk, soul y música africana se mezclaban en un directo cargado de energía que recibió el favor de la audiencia. Los virtuosos músicos conectaron y supieron ganarse al público, invitando a bailar y a corear estribillos cuando tocaba. Una nota de alegría y frescura que se agradecía a esa hora de la tarde.
Nos desplazamos hasta el Palco Yorn para ver a Expresso Transatlântico, una de las últimas revelaciones de la música portuguesa. Estos jóvenes músicos mezclan ritmos portugueses, brasileños y africanos en composiciones instrumentales con vocación de bandas sonoras para películas imaginarias. El talento y entrega de los músicos fue innegable en un buen concierto que sí conectó más con el público portugués que con los que veníamos de fuera.
Justo después llegaba otra propuesta atípica, la del jazz experimental de DOMi & JD BECK. La batería de JD Beck y los teclados de DOMi, sentados uno frente al otro, se retaban y se hablaban a través de la música. Este jovencísimo dúo de niños prodigio (DOMi tiene 21 años y JD Beck acaba de cumplir 18) ha sido aclamado por la crítica gracias a su álbum de debut, «Not Tight», que incluye colaboraciones con Herbie Hancock, Thundercat o Mac DeMarco. El disco fue nominado a un premio Grammy.
Un buen directo, aunque se tratase de una propuesta difícil de encajar en un festival. Todavía seguimos preguntándonos el porqué de que DOMi usase un retrete portátil como su asiento en el escenario.
Llegaba el turno de Thus Love, una de las bandas que esperábamos con más ganas el viernes, y no defraudaron. El trío de Vermont se entregó desde el inicio, con su vocalista y guitarra Echo Marshall buscando en todo momento esa química con el público. Canciones como «Repetitioner» demuestran por qué estos chicos se han convertido en la nueva sensación del post-punk gracias a su debut «Memorial». Marshall bajó del escenario para acercarse aún más al público, derrochando actitud y tablas.
Echo Marshall acabó el concierto golpeando su guitarra repetidas veces contra el suelo, recordándonos inevitablemente a la mítica portada del «London Calling» de The Clash. Para mí fue, con mucha diferencia, el mejor concierto del día.
En el Palco Vodafone salía a escena el rapero Yung Lean. Considerado un artista de culto por muchos seguidores de la escena hip-hop, el artista congregó a un numeroso público pese a la lluvia, que comenzaba a hacer acto de presencia. Envuelto en una espesa nube de humo, el rapero llevaba un micrófono con alas desde el que soltar sus rimas. Sobre el escenario, nada más. Bases pregrabadas, humo y rap que convencerían a sus seguidores, pero al resto nos dejaban bastante indiferentes. Aunque el Vodafone Paredes de Coura se caracteriza por acoger todo tipo de propuestas musicales, lo cierto es que ésta en concreto se veía un poco forzada. Un intento por atraer a un público más joven trayendo a un artista con millones de reproducciones en redes («Ginseng Strip 2002» se convirtió en un hit viral que le dio a conocer), lo que no se traduce necesariamente en una espléndida venta de entradas.
Como tantos otros, acudimos a la carpa del Palco Yorn buscando refugio ante la lluvia, que se había vuelto incesante. Allí nos quedamos esperando ya la llegada de Máquina, la banda lusa que venía a cubrir el hueco que dejaba la cancelación de última hora de The Last Dinner Party. Estimulado por la oportunidad de actuar ante una gran multitud, el trío salió con mucha fuerza y recibió una calurosa acogida. No es fácil definir su música, deudora del space rock de los 70 (se nota la influencia de Hawkwind) y con un fuerte componente industrial (The Young Gods). Delays, ruido, una batería hipnótica y un bajo repetitivo se unían en composiciones largas y pesadas (temas de 10 minutos de media), que hicieron las delicias de los amantes del crowdsurfing, que se entregaron por completo al show.
Volvimos para ver a una banda que ya repetía en el festival, los Black Midi, aunque ahora ya en el escenario grande. Llovía sin parar y comenzó a sonar, atención, «Suavemente» de Elvis Crespo como intro del concierto. La peculiar banda, que mezcla rock progresivo, math rock, post-punk y avant-jazz, pisó el escenario con fuerza con «Welcome to Hell». El público del Vodafone Paredes de Coura aguantaba estoicamente el chaparrón. No tardó en llegar «Sugar/Tzu», uno de los marcianos y frenéticos temas de su último álbum. Pese a la lluvia, hubo pogos y crowdsurfing (aunque sí es cierto que no tanto como otros años).
La lluvia pudo más que nosotros. Desde la zona de prensa le seguimos la pista al concierto, que terminó con «Wonderful Life», de Black, de fondo.
Todavía quedaba Little Simz por subirse al Palco Vodafone, pero en esta ocasión no pudimos verla. El viernes dejaba un sabor agridulce. Faltó un gran concierto, se programaron varios artistas que hacían música instrumental (nada en contra de este tipo de música, pero en un festival tiene que estar más espaciada) en un corto período de tiempo, el clima no acompañó… El día había sido indudablemente flojo, pero nos dejó una lección: el público del Vodafone Paredes de Coura. Cuando logras consolidar a un público receptivo, respetuoso, tolerante y dispuesto a seguir estando ahí pese a la lluvia, es para sentirse orgulloso.
